Tratándose de la noche de Jueves Santo, el concierto de Voro García y su quinteto no iba a plantearse en términos heréticos. El primer corte, un hard bop con pegada afro, nos situaba en el epicentro canónico de los cincuenta, en la década del esplendor en blanco y negro. Enrique OliverContinúa leyendo