Cuatro sellos para la otra escena

Las grandes multinacionales del disco (y la casi totalidad de los sellos jazzísticos "de reconocido prestigio") ofrecen una muy parcial visión de la escena del jazz contemporáneo. Por razones comerciales, sus catálogos se limitan a ofertar productos de escaso riesgo. La corriente principal, el revisionismo del hard bop, copa casi todas las referencias de sus apartados de novedades (las otras suelen quedar para las reediciones integrales, lo que si bien es gozo para el coleccionista aporta poca excitación -por ya "casi" conocidas- al aburrido mercado). Y si bien esa es la corriente principal (o mejor comercial), la fomentada por la industria, los festivales, los managers, los medios... no es la única. Y para cubrir ese pequeño -a nivel de ventas- pero gran -a nivel creativo- hueco están los sellos independientes. Gracias a ellos desde los más inmovilistas aficionados al dixie a los más radicales vanguardistas pueden encontrar documentos sonoros que alimenten su afición/pasión, esa que no esta contemplada en los planes de marketing de las empresas "bien".

NY es la meta de los sueños de buena parte de la afición jazzística, una meca en la que en su seno bulle una escena que es prácticamente ignorada por las grandes discográficas. La Knitting Factory y su sello K.F. Works son para muchos sus abanderados, pese a que no son, ni mucho menos, del todo representativos. El mítico local es tan solo la punta del iceberg de una escena desconocida. Los músicos que se mueven en ella, desde frees de primera hora a inclasificables jóvenes de la vanguardia ligada a la "factoría" tienen diseminados trabajos suyos en los más diversos sellos (marginales y propios en no pocas ocasiones) lo que a veces dificulta verlos como una autentica escena. Sellos, específicos, como los que a continuación se comentan, documentan esa escena. Lo curioso es que estos músicos de la escena neoyorkina de "vanguardia", "nuevo jazz", "outside jazz", "downtown jazz"... no son habituales en los clubs de la Gran Manzana, e incluso se da la circunstancia de músicos con varios discos publicados que no han tenido más ocasión de tocar su música que en su propio loft o en el de algún amigo. Una escena sin escenario, aunque sí con algunas puntas de iceberg aflorando (la propia K.F., Vision -ver completa crónica de Marc Chaloin de la segunda edición de este festival celebrado en mayo '97 en el Orensanz Art Center, Improjazz 38-, el Fire In The Valley Festival....).

Los cuatro sellos seleccionados para la ocasión, lo han sido por el interés de sus lanzamientos y lo prometedor de su línea editorial. No son desde luego los únicos en los que podemos rastrear la calidad de los músicos y las propuestas que se generan en esta escena (curiosa escena de la que hay que hablar en abstracto pues ni tan siquiera una etiquetación ha llegado a calar). Imperdonable sería obviar al sello sueco Silkheart (con amplia oferta de Charles Gayle, David S. Ware o William Hooker), a New World (donde podemos encontrar de Cecil Taylor a Marty Ehrlich, Ned Rothenberg, Jason Hwang... y una caja de 10 Cds "Testament" firmada por Butch Morris que es todo un monumento a la organización sonora de los más diferentes orgánicos), a Music and Arts (Marilyn Crispell en diversos contextos, Joe Fonda....y unos muy interesantes Antony´s Braxton) a Knitting Factory Works (por supuesto y de paso a las escuderías ligadas a John Zorn: Avant o Tzadik)...o de nuevo en Europa, Black Saint - Soul Note, hat ART, Konnex, Enja... La escucha del material proveniente de los distintos sellos harán confirmar en nosotros la idea de que estamos ante una escena viva y totalmente heterogénea en la que todo tiene cabida.

Jesús Moreno

Cuatro sellos para la otra escena
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