Sònia Sánchez y Marianne Brull

In Memoriam: Marianne Brull, la gran dama libertaria de la improvisación barcelonesa. Por Joan Cortès

Marianne Brull, la gran dama libertaria de la improvisación barcelonesa

Suiza de nacimiento, ciudadana parisina y, en las últimas décadas, barcelonesa del Poble Sec. Una de las mentes de la desaparecida editorial Ruedo Ibérico (1961-1982), de tanto peso específico durante la clandestinidad franquista y los primeros años de la transición no tan modélica.

“Yo en Ruedo Ibérico ganaba 3.000, pero cuando tuve que dejar Ruedo y entrar en el mercado laboral ganaba el triple. Hay que tener claro qué es lo que más te importa y saber que ir a contracorriente ¡cuesta! Pero también tiene sus compensaciones, por lo menos te puedes mirar en el espejo cada mañana sin escupirte” (1)

Marianne Brull
Marianne Brull

El pasado 8 de marzo, día de la mujer, como si no lo fuesen todos los días, entre dos visionados de la exposición “Revelación” (2) de la pintora y escritora Leonora Carrington (1917-2011), contemporánea y amiga de la también pintora surrealista Remedios Varo (1908-1963), recibí la triste noticia del fallecimiento de Marianne Brull.

El fumar persistente y los ojos vivos de niña inquieta de una Carrington ya mayor (en el vídeo que acompaña la exposición), así como los cuadros “El minotauro”-femenino- (1959) y “La luz emergente” (1962) de Varo o “La giganta -guardiana del huevo- (1947), me recordaron a Brull.

A Marianne Brull la conocí, a finales de los noventa, en las sesiones de improvisación de los lunes en el Jazz Sí del Taller de Músics de Barcelona, organizadas por IBA -Improvisadors de Barcelona Associats-, entre ellos Agustí Fernández (El Agustí, en palabras de Marianne), Joan Saura, Andrés Corchero o Constanza Brncic.

Albert Cirera, Marianne Brull, Agustí Fernández y Ramon Prats
Albert Cirera, Marianne Brull, Agustí Fernández y Ramon Prats

Posteriormente, volveríamos a coincidir en las sesiones de free de Rodadors 13, las improvisaciones de la Sala Fènix, Sinestesia o ya en el Ateneu de la Base, en estas dos últimas ejerciendo de generadora e impulsora de encuentros, donde ella pensaba y formulaba sinergias entre improvisadores de la escena barcelonesa o de paso por ella.

Una melómana, militante del género y muy vital, que no se cortaba en lo más mínimo a la hora de comentar sus opiniones, tanto repartía flores como estirones de orejas, según se hubiera desarrollado la velada. Era como una abuela muy generosa que quería a todos sus hijos y nietos, aunque tenía especial predilección por el baile de Sònia Sánchez (la bruja, la llamaba), Jordina Millà, Don Malfon y Agustí Fernández. Fue a su vez muy apreciada y querida por todos ellos.

Marianne Brull, entre el público, en La Base
Marianne Brull, entre el público, en La Base

La última vez que coincidimos, fue en el Ateneu La Base, en el comedor social que también se convertía en Auditorio, donde se reunieron 23 improvisadores, entre músicos y bailadoras, con el motivo de celebrar la entrada del año nuevo. Algunos pensaron que era para celebrar su 88 aniversario, el doble infinito como comentó la violoncelista Míriam Félix, un aniversario que se hubiera celebrado a inicios del próximo abril.

Fue un encuentro muy parecido a la celebración de sus 87 años, en el mismo espacio, el cual no tiene piano, pero gracias a una reflexión, mientras lavaba los platos, del saxofonista Albert Cirera se alquiló uno de forma colectiva.

Marianne Brull y Jordina Millà
Marianne Brull y Jordina Millà

Marianne pensaba que aquellos encuentros entre improvisadores, generaban o podrían generar, de forma manifiesta o latente, partículas ácratas, que de alguna manera creaban un poso o base, por pequeñas que fuesen, en la forma de pensar y actuar de los participantes. Decía en una entrevista, que ser anarquista era “una actitud en la vida, una manera de ser, una ética de coherencia contigo misma y con tus propias ideas” (3)

Sònia Sánchez y Marianne Brull
Sònia Sánchez y Marianne Brull

Marianne con su forma de pensar, pero sobre todo de actuar, generó reflexiones, referencias y creó comunidad. En buena medida la relacioné con “Dando de comer a una mesa” (1959) (4) de Leonora Carrington.

Quizás, repito, quizás, una buena forma de recordarla sería, entre otras actividades, la creación de un Impro Festival Marianne Brull.

Tomajazz: Texto y Fotografías: © Joan Cortès, 2023

Notas

(1) y (3) http://altaveu.barripoblesec.org/entrevista-a-marianne-brull-de-ruedo-iberico / Mireia Vehí i Marc Serra
(2) y (4) Fundación Mapfre, Madrid / 11 de febrero-07 de mayo / Exposición y catálogo

Más información

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Joan Cortès en Tomajazz

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