Bamba Wassoulou Groove y Joss Stone (58 Festival de Jazz de San Sebastián 2023. Plaza de la Trinidad, San Sebastián. 2023-07-25) Por Antonio Torres (texto y fotos) y Pepe Mateos (fotos) [Concierto de Jazz]

Bamba Wassoulou Groove / Joss Stone

58 Festival de Jazz de San Sebastián 2023

Fecha: 25 de julio de 2023
Lugar: Plaza de la Trinidad (San Sebastián)

58 Jazzaldia en la “Trini”: última jornada

Última sesión en la “Trini” de esta 58 edición del Jazzaldia, de nuevo mirando al cielo y tiempo variable, lluvia que respetó el primer concierto y que se cebó con el segundo, aunque en este caso lejos de desanimar a Joss Stone que estaba en el escenario, fue un acicate para meterse al público en el bolsillo, demostrando la profesionalidad de la artista. De nuevo día de contrastes y lejanía con el jazz esperable en un espacio como la Plaza de la Trinidad, aspecto al que nos vamos a tener que ir acostumbrando porque se reitera en las últimas ediciones, música africana en la primera parte y soul de calidad en la segunda. Plaza abarrotada por el tirón que tiene la cantante Joss Stone y público que aguantó hasta el final a pesar de la lluvia.

Bamba Wassoulou Groove

Moussa Diabaté (guitarra), Mamadou “Bainy” Diabaté (guitarra), Aboubacar “Papis” Diombana (bajo), Maguett Diop (batería)

Grupo de Bamako (Mali) fundado por Bamba Dembelé, fallecido en 2018. El legendario músico, uno de los creadores de la Super Djata Band, montó este grupo con músicos de origen bambara para así formar Bamba Wassoulou Groove.

Música africana con dos guitarras, un bajo eléctrico, batería y cantante y animador o bailarin, música de ostinatos permanentes y duelos entre las dos guitarras eléctricas que surfeaban sobre ritmos de ida y vuelta. Música de tradición, pero pasada por el tamiz de lo electrificado, el resultado lo sintetiza bien la propia reseña con la que la organización del jazzaldia presentaba al grupo: “una música única, con una energía apabullante, un ritmo infernal y un poder embriagador, hipnótico, tórrido y sensual, capaz de trasmitir una irresistible alegría con sus chispeantes guitarras eléctricas, sus ritmos repetitivos en espirales infinitas y sus melodías simples y pegadizas”. Nada que objetar a la descripción: música para moverse que el público aprovechó para bailar. Si ese era el objetivo, prueba conseguida, aunque probablemente había mejores sitios para hacerlo.

Fotos de la actuación del grupo Bamba Wassoulou Groove

Vídeo de la actuación de Bamba Wassoulou Groove

A continuación, un vídeo de la actuación de Bamba en el 58º Jazzaldia.

Más sobre Bamba Wassoulou Groove

https://www.afribuku.com/bamba-wassoulou-groove-mali/

https://www.tomajazz.com/web/?s=Bamba+Wassoulou+Groove&submit=Search

Joss Stone

Joss Stone (voz), Jonathan Shorten (teclado), Steven Down (guitarra), Carl Fields Jr. (bajo), Samson Jatto (batería y percusión), Arjan Muusz (saxofón), Aristo Tziniolis (trompeta), Emoni Wilkins (coros), Hollie Hammel (coros)

Gran expectación por la presencia de la cantante británica Joss Stone en el Jazzaldia, que colgó el cartel de completo en la Plaza de la Trinidad. Y no defraudó. Stone demostró a lo largo de todo el concierto su gran profesionalidad. Banda solvente que arropó perfectamente a la cantante, que abordó el concierto desde la perspectiva que domina, el rhytm and blues y el soul, haciendo alarde de una voz con registros múltiples y de una potencia inesperada. Y es que la cantante británica a pesar de sus 35 años atesora una larga experiencia, celebrando en esta gira, los 20 años de su primer disco The Soul Session, y mantiene una carrera llena de reconocimientos y millonaria en venta de discos.

Muy cuidada su performace, que hizo tapizar con un cortinaje de cabaret de los años 20 el fondo del escenario, tapando esas nobles piedras y arcos góticos siempre visibles. Músicos y coros ataviados de blanco inmaculado y una Joss Stone vestida con una larga túnica de gasa de color rosa, sin olvidar el detalle del micrófono rodeado de un tul de colores y brillos. Puesta en escena cuidada que no estorbó en absoluto a lo más importante, la voz clara, potente y afinada de la cantante y el buen hacer de los músicos y coros que la acompañaban. El concierto transcurría por los caminos esperados con temas de su disco The Soul Session de 2004, “Jet Lac” “Proper Nice”, o “Tell me about it” y guiños reiterados a las más grandes de su estilo, Roberta Flack y Nina Simone y desde luego, espacios para el lucimiento de sus músicos, el guitarrista Steven Down y el pianista, esta vez con teclados, Jonathan Shorten, responsable de la mayoría de los arreglos de los temas del concierto.

Comentario aparte requiere el manejo de la cadencia del concierto y sobre todo de la relación con el público de la cantante británica. En un momento de la primera parte del concierto, antes del cambio de vestuario, Joss Stone, descalza como actúa siempre, bajó del escenario y se paseó entre un público sorprendido y una nube de Smartphones y de fotógrafos que no daban crédito a la oportunidad de tener cerca y guardar un recuerdo del momento. Con la banda arriba, la cantante estiró el tema hasta volver al escenario ante el delirio de un público que lo estaba disfrutando a tope. Pero eso no quedó ahí, cambio de vestuario, traje oscuro ceñido cargado de lentejuelas, para abordar la segunda parte del concierto, y lo que hasta el momento se expresaba como “txirimiri” suave se convirtió en una lluvia cierta. Joss Stone, lejos de desentenderse, se implicó con su público, y tras asumir que la lluvia nunca puede ser un freno para una inglesa, volvió a bajar entre el público absolutamente entregado. Mar de plásticos multicolores, brazos elevados con móviles intentando retener el instante, y fotógrafos sorprendidos intentando hacer su trabajo sin que se les mojara la cámara. Una visión inédita que hablaba mucho y bien de la profesionalidad de la cantante, que estaba dispuesta a dejar un recuerdo imborrable entre los que estábamos ese día en la “Trini”. Y la cosa no quedó ahí tras su regreso al escenario para interpretar dos temas, uno de Aretha Franklin y otro de Janis Joplin, finalizaron el concierto con un público entregado que estaba seguro de haber usado bien su dinero para pagar el concierto más caro del ciclo de la Plaza de la Trinidad.

Un año más, y ya son muchos, salimos de la Trinidad con una cierta nostalgia, despidiéndonos de los colegas de la pluma y la fotografía con los que a través de los años hemos estrechado lazos, establecidos en horas de espera de la entrada a la Trini cuando los abonos no eran numerados, o en los intermedios de bocadillo y cerveza comentando la jugada. Despedida hasta el año que viene en la 59 edición y pensando ya en que la 60º será un buen momento para celebrarlo por todo lo alto. Esperemos…